“Si seguimos con nuestros malos hábitos, para el 2050 tendremos la misma cantidad de peces y plástico en el océano”, contaba en una entrevista a VisteLaCalle la diseñadora industrial Caro Piña (31), quien desde hace un tiempo trabaja en darle una segunda oportunidad a este material. A través de su marca sustentable de accesorios @pinazerowaste, busca generar una doble protesta, primero contra nuestro consumismo y también contra el daño que le hicimos al planeta, a la flora y fauna.
“¡Soy ambiciosa! Mi objetivo es crear una red de Fab Labs colaborativos insertos en la comunidad, para enseñar y cooperar con el reciclaje, y así poder reducir la contaminación por plásticos a modo local. ‘Piensa global, actúa local’, no recuerdo de dónde es, pero es tan real”, agrega la diseñadora que destaca por un trabajo innovador, importante, y consciente con el medio ambiente.
Pero ¿Cómo logra realizar estos accesorios? Tras su proceso de recolección y selección (generalmente plásticos flexibles del tipo 2 y 4), Caro, comienza la tarea más difícil. Una que dura cerca de dos semanas, y que finaliza cuando tiene la foto lista para publicar a través de sus redes sociales, alguno de esos modelitos de riñonera, tipo cartera, que la caracterizan.
“Lo que hacemos, luego de recolectar, clasificar, lavar y limpiar los plásticos es cortarlos a mano e ir juntando capa por capa a través del proceso de termofusión para obtener una lámina más gruesa. Usamos desde 8 capas hasta 20, dependiendo del producto, las riñoneras por ejemplo, tienen entre 10 a 12 capas. Lo más difícil ha sido definir bien las texturas, cuáles resisten mejor, cuáles se ‘quiebran’ o ‘rajan’, y también ver las herramientas adecuadas para poder realizar la técnica, mejorar los procesos y optimizarlos”, explicó.
Un proceso nada de fácil, que le otorga un valor agregado a la marca, y que por sobre todo permite darle un respiro al planeta, y demuestra que, por ejemplo, es posible darle una segunda vida a los embalajes de vino y botellas de agua, para que puedan transformarse en un accesorio de moda, y que no tiene nada que envidiarle a los que venden en las cadenas de fast fashion.
“No sé si todo el mundo entiende el tema, así que de a poco con PIÑA ZERO WASTE vamos a ir educando a la comunidad. A veces se me olvida que yo conozco estos temas y que no todo el mundo, así que estoy trabajando en mejorar la comunicación de la propuesta de valor”, concluye.