Colaboración por Pamela Uribe para VisteLaCalle
Basta si quiera un click para que la mente humana pueda cambiar su forma de pensar para siempre: una noticia, una imagen, una nueva información. Han pasado tres años desde el día que un documental de moda consciente cayó en mis manos, luego de investigar sobre el tema mi cabeza hizo ese “click” inesperado de forma brusca pero a la vez natural, cambiando mi manera de ver la moda y hábitos de consumo para siempre. El camino ha sido diferente; es difícil en un principio, crudo por un lado pero mucho más noble por otro y aterrizado a la realidad.
Sabemos que las grandes marcas de retail no dan abasto con la demanda mundial. La competencia en el mercado por ver quién tiene el valor más bajo es brutal, ya no existen cuatro temporadas sino 52 y todas las mini colecciones que se lanzan son llamadas “De media estación”; no hay bolsillo que aguante. Cada pieza por la que estar obsessed que se nos presenta minuto tras minuto en las redes sociales y cuando es temporada de SALE no valen nada. Clósets llenos, prendas baratas, nada que usar, angustia por ir a las tiendas, compras impulsivas y luego culpa por esas compras, un verdadero círculo vicioso que no parece terminar y tampoco parece a nadie importar. ¿Será que éste es el secreto del fast fashion? Who knows.
La moda consciente pareciera ser otra moda más, una mezcla entre ropa usada, un tipo de estilo despreocupado e ideas que tenemos en la mente. En los E.E.U.U, específicamente Nueva York, están trabajando para cambiar estos conceptos errados y muy populares que mi profesora me comentó hace unos meses atrás. La moda consciente es un nuevo estilo de vida y de consumo superior que trae consigo un sin número de beneficios para nuestra mente, salud y bolsillo.
Mi relación con la moda la llevo desde los 10 años, cuando mi abuela tenía su tienda de ropa y era diseñadora. Hoy, para mi la moda sigue siendo mi motor, pero desde el peldaño de los valores y el aprendizaje. El valor de una marca ya no solo se puede medir por su calidad, estilo o diseño, los valores también deben respetar a la naturaleza, al impacto ambiental y a quienes trabajan en crear estas prendas que día a día usamos pero de la manera correcta. Cuando aprendes a comprar sabes que por lo que llevas puesto pagaste lo que corresponde, es una prenda diseñada bajo la estructura del comercio justo y transformas tu clóset en uno inteligente, comienzas a vestirte de valores y ya no solo con ropa.
Es imposible hoy hacernos los desentendidos, es más fácil ver lo que queremos ver, pero si realmente amas tanto la moda es tiempo de investigar y conocer un poco más y aprender sobre cómo opera la segunda industria más contaminante del mundo luego del petróleo.Entonces la pregunta que todos nos hacemos es ¿cómo hacemos que la industria de la moda sea más consciente? Según Paul Dillinger, Director de Innovación de Levi Strauss&Co, “no basta con plantar unos pocos árboles para compensar todo el dióxido de carbono o usar tintes menos tóxicos. Para tener un impacto real en el mundo debes ayudar a cambiar la forma en que las personas piensan de la ropa”. Cambiar nuestro comportamiento de compra a uno más slow, mirando la ropa de una manera diferente, comprando menos pero de mejor calidad, reciclando, re inventando lo que ya tienes, apostando por marcas de pequeños o emergentes diseñadores, costurear en casa, buscar prendas de segunda mano, aprender sobre piezas vintage de colección y muchísimas ideas más. Son las millones de opciones que tenemos hoy para tener quizás el mejor de los clósets, uno con historia, con respeto y lleno de valores.