Seguro has escuchado hablar de las afirmaciones positivas y cómo estas pueden ayudarnos con nuestra autoestima, amor propio, mejorar el estado de ánimo e incluso ayudarnos a alcanzar metas y propósitos. ¿Quieres saber cómo funcionan y cómo practicarlas? Acá te contamos todo lo que necesitas saber para comenzar a usar hoy mismo esta poderosa herramienta.
¿Cómo actúan las afirmaciones en el cerebro?
La afirmaciones positivas, al decirlas y pensarlas de forma repetitiva, van activando tus redes neuronales que generan sinapsis y finalmente se integran de forma definitiva a tu red neuronal. Cuando esto sucede, hace más probable que tu mente siga pensando -y sintiendo-, lo mismo en el futuro.
Así como las afirmaciones positivas nos pueden ayudar a mejorar ciertos aspectos de nuestra vida, la evidencia científica demuestra que la repetición de pensamientos negativos también activa y transforma nuestra red neuronal. A esta facultad de la mente se le llama «neuroplasticidad», es decir la capacidad de adaptación y desarrollo que tiene nuestro cerebro para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones.
Es por eso que las afirmaciones positivas son tan importantes en nuestra vida, porque nos recuerdan el poder que tiene la mente y su capacidad de transformar nuestra percepción de la realidad.
¿Cómo practicar afirmaciones positivas?
La clave para que las afirmaciones positivas sean exitosas es la constancia. Se recomienda repetirlas a diario en al menos dos momentos del día (puede ser más) por un periodo de tiempo mínimo de 21 días -el tiempo que toma generar un hábito según el psicólogo William James-.
Además, es importante que la afirmación responda a tus necesidades y realidad. La idea es reprogramar nuestro cerebro, entonces la afirmación debe hacerle sentido a tu vida y a tus metas. Es importante que, independiente de las frases que elijas, estas sean concisas y dichas en presente.
Puedes potenciar el poder de las afirmaciones positivas si las acompañas de un ejercicio de visualización en el que veas tus metas cumplidas. Esto ayudará a que tus pensamientos se integren más rápidamente a tu red neuronal.
Por último, es necesario que entiendas que esto es un proceso, y que si bien, puede que en un momento no estés tan convencido/a de lo que dices, con el tiempo tu cerebro lo irá incorporando e irás sintiendo esas palabras cada vez más como una realidad. Aunque también es importante no caer en la positividad tóxica o el positivismo extremo, es decir, fingir un estado feliz y optimista sea cual sea tu situación y silenciar tus emociones negativas. Recuerda que está bien no estar bien y sentir emociones negativas sobre todo si estás pasando por una situación difícil.
Si bien las afirmaciones positivas no son una fórmula mágica, si tienen la capacidad de transformar la forma en que percibimos nuestro entorno, así que anímate a probarlas.
Acá te dejamos algunos ejemplos para que te sirvan de referencia e inspiración, siéntete libre de modificarlas según sean tus necesidades:
- “Soy suficiente”
- “Tengo el poder de crear todo el éxito y la prosperidad que deseo”
- “Estoy rodeado/a de personas positivas y comprensivas que creen en mí y quieren verme brillar”
- “Cada desafío que enfrento es una oportunidad para crecer y mejorar”
- “Tengo el conocimiento para tomar las mejores decisiones para mi vida»
- “Tengo todo lo que necesito para hacer de hoy un gran día”
- “Soy valiente. Estoy dispuesto a actuar y a enfrentar mis miedos «
- “Confío en mi intuición y siempre tomo decisiones acertadas”
- “Agradezco que mi vida sea tan feliz y exitosa”
- «Soy amada/o»
- «Estoy en un proceso de cambio positivo»
- «Me acepto tal y como soy»