Nos sentimos ahogados por que no escuchamos a nuestra alma, no escuchamos nuestra intuición, no escuchamos al universo, el cual todo el tiempo nos está hablado y susurrando desde su infinito amor.
Pero no nos detenemos a escuchar y nos ahogamos en una vida llena de miedo, llena de ritmos que no son naturales, llena de carreras y competencia, llena de comparaciones y expectativas y luego nos preguntamos por qué hay tanta depresión, tantos ataques de pánico, tanto suicidio, y es por qué creemos que nuestra naturaleza es estar viviendo una vida que nos está matando el alma poco a poco, en donde en vez de vivir estamos sobreviviendo.
Y esto no se detendrá hasta que a través de una crisis, de una tragedia, de una pérdida o quiebre muy fuerte, nos demos cuenta de manera drástica que ya es tiempo de un cambio, que ya es tiempo de ver y de hacer las cosas de manera de diferente, que ya es tiempo de comenzar a escuchar eso que tú alma quiere, ya es tiempo del despertar de la conciencia y salir de la matriz, de la ilusión que no te está dejando abrazar la vida como es, no cómo crees que es, sino cómo realmente es, hermosa, brillante, apasionante, desafiante, cambiante, vertiginosa, extasiaste, bella y llena de milagros.
La invitación es a parar, mirar a tu alrededor y decidir conscientemente si estás viviendo o sobreviviendo, porque tú real zona de confort no es en tu casa viendo netflix, es contigo mismo descubriendo las maravillas que viniste a hacer en esta vida, eso es lo que te hará sentirte viv@ y no ahogado.
Eso es lo que te hará mirar tu vida a los 70 y decir “viví la vida de mis sueños”.