Durante los siglos XVII y XVIII, los nativos rapa nui sufrieron la sobrepoblación y sobreexplotación de recursos naturales. Esto trajo como consecuencia que las distintas tribus de la isla comenzaran a pelear (guerras internas) y con ello que la fuerza tomara más valor que la sabiduría. Este nuevo orden (fuerza por sobre la sabiduría), llevó a que los sabios perdieran poder y los guerreros ascendieran en la escala social. Esta jerarquía de la fuerza trajo consigo nuevas creencias y también nuevos rituales.
El Dios Make Make, el Dios creador de todo para la cultura Rapa Nui empezó a adquirir poder dentro de la isla. Este Dios siempre existió para los rapa nui, pero no fue hasta este cambio social y cultural, que los nativos comenzaron a adorar más fuertemente su figura, e incluso lo representaron como un hombre pájaro, que según ellos era la figura con la que este Dios encarnaba su presencia en la tierra.
Pero no sólo creían y adoraban a este Hombre Pájaro, sino que también crearon un ritual en torno a su presencia. Estamos hablando del famoso Tangata Manu, también conocido como el ritual al Hombre Pájaro, una competencia física en la que competían distintas tribus por poder político y social.
El objetivo del Tangata Manu era claro: los participantes debían llegar lo antes posible a 3 islotes que estaban a unos metros de la isla, llamados Motu Kao Kao (“islote agudo”), Motu Iti (“islote pequeño”) y Motu Nui (“islote grande”). Esto con el fin de obtener antes que todos el primer huevo puesto por el Manu Tara, en nuestro idioma conocido como el gaviotín apizarrado. El gaviotín apizarrado (para ellos el pájaro de la suerte) es un ave migratoria que llegaba a la isla en primavera para poner sus huevos y cuidar sus crías.
Tras la celebración de esta competencia, se elegía al nuevo Hombre Pájaro de Rapa Nui y al representante de Make Make en la tierra, quien junto a su tribu obtenía privilegios especiales y jerarquía en la isla durante todo un año. Hasta que se volviera a realizar la competencia. Sin embargo, el participante que obtuvo el huevo era relegado a vivir en la soledad. El joven competidor que obtenía el huevo era considerado una persona sagrada, y según las creencias de los nativos nadie podía acercarse, tocarlo o hablarle (ni siquiera su familia).
Esta figura de ser sagrado lo obligaba a vivir sólo en la playa Anakena o en la ladera del volcán Rano Raraku, en una casa preparada sólo para él y en comunicación únicamente con Ivi Atua, un sacerdote que estaba 100% a su servicio.
La competencia poco a poco fue entrando en un periodo de crisis: los clanes vencedores no querían ceder el poder y los privilegios y comenzaron a luchar en contra de las otras tribus para que no pudieran participar de este ritual. Los ganadores mantenían el poder por varios años y lo perdían sólo cuando eran derrotados por la fuerza y en un contexto completamente ajeno al Tangata Manu. Y también la llegada de los europeos a la isla. Los colonizadores y misioneros que arribaron a Rapa Nui consideraban esta tradición como una ofensa a la religión cristiana y poco a poco fueron prohibiendo y castigándola. Este conjunto de factores provocó que en el año 1866 se realizara el último Ritual al Hombre Pájaro y comenzara la época moderna en la cultura de Isla de Pascua.
Fuente: Imagina Isla de Pascua
Fotos: Fotografías de Katherine Routledge publicadas en El Misterio de Isla de Pascua. (1919).