Una vez que has recuperado toda la dulzura contigo misma, una vez que vuelves a ofrecer tu generosa y estable capacidad de escucha, algo pasa dentro de ti, algo comienza a agrandarse, un poder luminoso. La llegada de la primavera ofrece nuevos comienzos. La alegría y la cortesía acercan a las personas. La determinación se vuelve una calma floreciente, la perseverancia se expresa con sobria belleza.
Detectas tus fijaciones al comienzo, antes de que se transformen en posturas cerradas, antes que lleguen a ser obsesiones. Si tomas precauciones antes de que eso te suceda, habrás evitado que se haga sentir en ti y tu forma de acercarte a los demás.
Es momento de tomar todas las precauciones para que el miedo, la vergüenza, el dolor y la pena no vuelvan a atraparte en los supuestos y expectativas. Vive el momento en plena armonía.
Sabes que la primavera no es eterna, apúrate, ve al encuentro de la dulzura y la ternura para expresarte, es un portal que se cerrará, si no lo aprovechas podrías volver a caer en la ira del perfeccionismo. Empatía y optimismo, con eso la fuente de energía se vuelve inagotable. Sientes una profunda e inagotable disposición para ayudar a los demás. Comienzas a recordar la inmensa amplitud de tu capacidad de amar, que es capar de contener y nutrir a muchas personas, a todos, sin límites, sin prejuicios ni exclusiones.
Haz silencio y escucha en calma a tu corazón, así podrás ser justa y objetiva de acuerdo con la más sutil y profunda auto-percepción, esa es la fuente de la buena fortuna. Busca tu luz, no te pierdas en las tendencias y corrientes, ¡¡conócete a ti misma!!
Cuando la discípula está lista, la maestra aparece… Cuando aprendes a estar por encima de los ciclos, sus extremos y retrocesos, ya no te desconciertan las leyes del destino, estás más liviana y libre, te has simplificado, ahora eres totalmente honesta, eso te hace afortunada, intrépida.
Ya sabes que la ausencia de refugios es el mejor refugio, porque no hay logro o poder que deba ser fuente de una seguridad excesiva. Ya conoces el verdadero precio de quedarte varada en las zonas de confort. La ansiedad por ser responsable por tu posición es buena, permite que tu prestigio permanezca libre de abuso.
Si estás en alta posición, si eres líder, llega el momento de buscar el lado más igualitario de las relaciones, fomenta la comunicación y la informalidad, que todos participen. No hagas diferencias, eso será muy favorable.
Si debes emprender un desafío, elige a las personas más competentes, luego dales plena libertad y no interfieras en los asuntos que tú misma delegaste en ellos. Deja que la parte más sabia de ti baje de las alturas y comparta sus enseñanzas con quien las necesite, llenas de compasión y generosidad.