Opus magnum se traduce como “Gran Obra”. Este es un término que en alquimia se entiende como el proceso necesario paso a paso para lograr la creación de la “Piedra Filosofal”. Si bien algunos visualizan la “Piedra Filosofal” como literalmente una “piedra” u otros como una “sustancia alquímica” de propiedades especiales y mágicas capaz de convertir metales en oro. La “Piedra Filosofal” también se puede entender como el proceso de transmutación de una persona, como lograr ser más espiritual y ser menos denso.
Este proceso lo podemos observar en la carta denominada 21 del Tarot “El Mundo”. Cada una de las esquinas tiene un ser (tetramorfos) que podemos conectar con el paso a paso que en la tradición hermética de la alquimia se necesita para lograr la “Gran Obra”.
4 son las etapas principales para lograr el “quinto elemento” y posteriormente acceder a los beneficios de la “Piedra Filosofal”.
Nigredo: Ennegrecimiento o melanosis > El León en la carta del Mundo.
Albedo: Blanqueamiento o leucosis > Ave de la esquina superior derecha de la carta.
Citrinitas: Amarilleamiento o xantosis > En ángel del arcano 21.
Rubedo: Enrojecimiento o iosis > El Toro en la zona inferior izquierda del arcano.
El origen de estas cuatro fases se puede remontar al menos hasta el siglo I. Estas etapas permitirían transformar el plomo en oro. Vale decir estas etapas permiten transformar a una persona en la mejor versión de si mismo.
Precisamente esta es una de las propuestas principales de la carta de “el Mundo” en el tarot. Como se mencionó al inicio de este artículo “como pasar a ser más espiritual y ser menos denso” si observamos el personaje del centro de la carta parece levitar o sentirse “más liviano”.
El proceso que viviría la carta del Loco al pasar por todos los arcanos mayores para llegar a la carta de el Mundo sería el “Solve et Coagula” que en alquimia se entiende como “disolver las partes del todo” eliminar lo no deseado y tomar lo ya purificado para crear una persona nueva.
Tria Principia
La Tria Principia (Los Tres Principios). Compuesta por el Azufre, Mercurio y Sal, una representación de “Espíritu, Alma y Cuerpo”. También la encontramos en la carta de el Mundo. El Azufre “espíritu” está presente en el león. El Mercurio que representa el “alma” elemento aire se asocia al ave de la carta. La Sal será el cuerpo, el ángel en el arcano 21. Los alquimistas creían que si mezclabas azufre, mercurio y sal, obtenías un cuarto elemento, el oro. El Toro de la carta del Mundo sería la materialización del oro.
Y si mezclabas Azufre (león), Mercurio (Ave), Sal (Ángel) obtenías una “Materia Prima” que está en todas “las cosas”. La materia es una.
Si bien se le conoce por varios nombres: germen de todas las cosas, tierra, yacimiento de todos los metales, etc. Sin duda la podemos asociar al cuarto ser de la carta del mundo, el Toro, representante de la tierra.
El alquimista, trabajando con los elementos de la Materia Prima, logra la Piedra Filosofal. La zona central de la carta de “el Mundo”, desarrolla la idea de la evolución muy propia de la “gran obra”. Los elementos de esta carta son los que debes aprender a integrar para ser la mejor versión de tu persona.