Colaboración por María Isabel Romero
El pueblo originario Tehuelche o Aonikenk, también conocido como Patagones por un mito que se creó con la llegada de los navegantes europeos al ver grandes huellas marcadas en la nieve, las que pertenecían a los habitantes del extremo sur del continente americano. Este pueblo originario nómade se extendió desde la provincia de Río Negro (Argentina) hasta el Estrecho de Magallanes. Se organizaban en bandas de doce personas para cazar y recolectar comida.
Para los Tehuelches el creador del mundo es Kooch, cuenta la leyenda que esta deidad vivía solitario en las tinieblas y eso lo hacía sentir mucha pena, un día comenzó a llorar y esto se prolongó por un largo tiempo, creando con sus lágrimas a Arrok, el mar primordial. Kooch al ver su primera creación dio un suspiro de alivio dando nacimiento a Xoshem, el viento. El dios creador quiso eliminar para siempre las tinieblas dando lugar a la aparición de Xaleshen, el sol; y también creó a Kéenguenkon, la mujer-luna. El sol y la luna se enamoraron y tuvieron a Karr, la primera estrella del día, a quien se le obsequió el dominio de las mareas.
Kooch había creado la Patagonia y los océanos, creó también una isla en donde habitaban gigantes y animales-hombres. Nosithej, un gigante habitante de la isla secuestró a la mujer-ratón y en ella engendró a Elal. El gigante Nosithej al enterarse del embarazo se puso furioso y asesinó a la mujer, Elal se salvó, creció y pronto se convirtió en un ser de gran fortaleza física, un día desafió a su padre al que terminó matando, liberando así a todos los animales-hombres de la custodia de los gigantes.
Elal abandonó la isla montado en un cisne (Kóokne) acompañado de otras miles de aves, el destino era la Patagonia y descendieron en la cima del cerro Chaltén. Desde ahí Elal vio una tierra desierta y decidió convertir a una de las bandadas que lo habían acompañado en los primeros hombres, los Tehuelches, para luego crear el resto de los seres vivos. También les enseñó a cazar, les dio el fuego, dividió el año en estaciones y estableció reglas morales y leyes.
Los gigantes que habitaban en la isla querían vengar la muerte de Nosithej y apoderarse de las tierras de Elal. Él no podía enfrentarlos porque los superaban en número y fuerza, por lo que decidió separar el mundo de los hombres y de los gigantes, esta decisión convirtió a los Tehuelches en seres mortales pero libres del ataque de los gigantes.
Imagen: https://republicafederaldechile.blog
Fuente: Chile Precolombino, El Chaltén