Esteban Cortázar, diseñador de moda colombiano, fue uno de los diseñadores más jóvenes (18 años) en estar presente en la semana de la moda de Nueva York (2003). En el año 2006 Cortázar ingresa en el Council of Fashion Designers de América, organización que promueve a los diseñadores en la economía global. Posterior a esto se fue a vivir a París para dirigir la Casa de Emanuel Ungaro (2007).
La influencia de sus diseños está basada en la cultura de Colombia, sus colores, canciones, el arte y el diseño. Sus colecciones generalmente mezclan dos ideas: un cuerpo restringido y un cuerpo libre. Vogue se ha referido a él como «el diseñador más desinhibido que se exhibe en París».
Desde que comenzó la crisis sanitaria mundial, Cortázar ha experimentado una introspección y reinvención no solo como negocio sino que también como persona, así lo confirmó mediante una entrevista virtual a Vogue México y Latinoamérica. Reconoce que esta época está hecha para una nueva oportunidad, no solo para pensar en la industria y lucrar con ella, sino que para conectarse con uno mismo y la espiritualidad.
Al diseñador no le parece pertinente hacer colecciones de lujo en medio de la pandemia, porque no van con el tiempo actual. Mencionó que en esta época no ha pensado en diseñar, que el espacio lo ha invertido en otras cosas para las que antes no tenía tiempo, como por ejemplo crear playlist, salir a caminar cerca de su casa e ir al supermercado de forma regular.
Tanto la marca como el negocio de Esteban Cortázar el año pasado pasaron por muchos cambios. Sin embargo, cree que fueron las decisiones exactas que tenía que tomar. “El valor para vencer el miedo y hacer cosas distintas, somos nosotros mismos que tenemos que reinventar y diseñar nuestro futuro” recalcó a Vogue México y Latinoamérica.
Fuente: Estudio EFE España, Vogue México y Latinoamérica