¿Cuántas veces en nuestra vida nos hemos visto cayendo una y otra vez en los mismos patrones, ya sean de conductas, de reacciones, de relaciones, de circunstancias, de hábitos, de enfermedades?
Vemos cómo una y otra vez se repiten ciclos en nuestras vidas, cómo por ejemplo, alguien que siempre esta atrayendo a su vida relaciones tóxicas, destructivas, con violencia o faltas de respeto, y por más que termine una relación, la próxima relación se le presenta de la misma manera, con los mismo componentes y pareciera que sólo cambió de disfraz la persona de esta nueva relación. Se siguen repitiendo los mismo sentimientos, emociones, reacciones comportamientos que la anterior, dando una sensación de frustración profunda, ya que pareciera que haga lo que haga esa persona, vuelve a experimentar el sufrimiento anterior.
Y esto lo podemos ver en una variedad de cosas en la vida, quizás una persona con mucha fuerza de voluntad paro de fumar y lo logro, pero aparece otra adicción que sigue causando la misma ansiedad, como por ejemplo la comida, el azúcar o el sexo.
Todo esto sucede porque no estamos poniendo nuestro foco donde debería estar y es que hay algo en nosotros que no hemos querido ver y se nos esta presentado en el exterior para llamar nuestra atención, y las emociones son la manera que tiene el cuerpo para decirnos dónde hay que sanar.
Pero no escuchamos y seguimos pensado que hay algo mal con el otro o que tenemos mala suerte, cuando en realidad solo es el miedo a ver nuestras heridas, nuestro dolor, nuestra oscuridad lo que nos está impidiendo avanzar.
Una persona que siempre esta en relaciones amorosas tóxicas, en algún momento hizo verdad la creencia de que eso es amor, quizás su madre o padre le dijo que el amor es duro y difícil, o quizás vivió con unos padres o cuidadores en donde no había respeto entre ellos y esto queda grabado energéticamente en nuestra aura, en nuestro chacras, en nuestras células y se repetirá una y otra vez, como un programa profundamente instalado en nuestro ser, hasta que nos decidamos a transfórmalo.
Y eso es lo maravilloso de ser humano, somos capaces de trasformar todo lo que queramos en nuestra vida y si supiéramos lo poderoso que somos, que podemos trasmutar todo en nuestra vida, nos reiríamos de todas las veces que creímos que nunca seriamos felices.
¿Dónde no estás tomando las rindas de tu vida y trasformando lo que sea necesario para tu evolución?
¿Dónde estás permitido que otro maneje tu vida?
¿En dónde te sientes pequeño o pequeña y no reconoces la divinidad en ti?