Usualmente, cuando hago mención a lo que me dedico, aparece en el tapete una pregunta recurrente. No sé bien si en verdadero afán de comprender de fondo este cuestionamiento, o motivado más bien por la idiosincrasia, habitualmente vista las sociedades contemporáneas, de desacreditar lo circundante, así elevar lo propio.
Cualquiera sea la motivación, el fenómeno “Ofiuco” retorna como el protagonista del mayor error de los astrólogos. Cuya constelación favorita de la NASA, situada entre las constelaciones de Escorpio y Sagitario, ha sido elevada a signo zodiacal número trece. Y si, leyeron bien, la Nasa lo dice. Desde el curioso sitial autoproclamado de la veracidad expuesta, como voz cantante de aparentes especialistas y conocedores de astrología.
Sean miembros de la NASA, o meros aficionados a la astronomía, lo interesante es intentar entender cómo una disciplina, en este caso científica, habla de otra disciplina, muy distinta, situada en la vereda del humanismo, la sicología o la sociología. A pesar de que el propio encasillamiento ya queda obsoleto.
Estos amigos de Ofiuco, intentando sostener una “moderna teoría”, promulgan el que los astrólogos no han considerado, primero el fenómeno de la precesión de los equinoccios. Donde el eje terrestre se ha ido desplazando, y donde, si miramos el cielo, los signos del zodiaco no se encuentran en la ubicación que los astrólogos dicen. Y principalmente, el hecho de que, posiblemente los astrólogos somos tan vagos en nuestro estudio, que no se han percatado de que, en el cielo existen muchas más constelaciones, como “La osa mayor”, “Pegaso”, “el cisne”, “Orión”, y la aún más importante “Ofiuco”, la cual se atraviesa en el aparente recorrido del Sol desde la óptica terrestre, en la famosa banda conocida como “Ecliptica”, y por lo tanto obligatoriamente, elevada a signo zodiacal por los amigos de la NASA.
Es aquí donde surge el problema, y por tanto la raíz del desconocimiento del postulado. ¿Qué es una constelación?
Es una división geopolítica del espacio, establecida, normada, nombrada y designada por un organismo del mundo como la Nasa u otro de igual peso mundialmente hablando. Y por lo tanto puede haber muchísimas constelaciones, incluso muchas por descubrir aún, ya que depende del cómo la ciencia astronómica decida agrupar estrellas y darles nombre. En cambio un signo zodiacal astrológico es otra cosa distinta. Y esta distinción es fundamental para poder comprender el problema de “Ofiuco”.
En ese sentido, Ofiuco, es una constelación más entre alrededor de ochenta y ocho que constituyen el cielo de la bóveda celeste. Donde, la única salvedad es que, en su recorrido, el Sol pasa por esta constelación en la banda que mencioné anteriormente conocida como eclíptica, sin embargo, cuando hablamos de signos zodiacales, éstos se dividen de otra manera.
Suponemos que algunos astrónomos no saben lo que es un signo zodiacal. Donde éste último nace situándonos en lo que se conoce como punto vernal, que es el momento del año en que el sol atraviesa el Ecuador Celeste iniciándose la primavera en el hemisferio norte. Es decir, rápidamente obtendremos por deducción de que los signos del zodiaco están relacionados directamente con el Sol y sus estaciones, más no con la morfología de las constelaciones en el cielo.
Este inicio de la primavera, da inicio al año tropical, el cual quienes nos dedicamos a la astrología. Lo dividimos en doce sectores equidistantes de treinta grados cada uno, constituyendo los doce signos del zodiaco. Es decir, una división matemática de una rueda en doce porciones.
Dicho de otra manera. – Citando a Verónica Guajardo – Si imaginas una línea recta trazada desde la Tierra, hacia el Sol y más allá, hacia fuera en el espacio más allá de nuestro sistema solar, donde están las estrellas. Mientras la Tierra recorre su órbita alrededor del Sol, esta línea imaginaria rotaría, apuntando a diferentes estrellas a lo largo de un viaje completo alrededor del sol -o de un año-. Todas las estrellas que se encuentran cerca de ese disco plano imaginario formado por la trayectoria de la Tierra alrededor del Sol en un año, se dice que están en el zodiaco.
Sin embargo el mapa astrológico está constituido en directa relación con los ciclos solares, o estaciones del año, para coincidir con los solsticios y equinoccios, que a su vez guardaban relación con las variaciones terrestres del clima y su relación con el ser humano.
De esta manera en el esquema astrológico NO se considera Ofiuco, puesto que en este mapa, dejaría de llamarse astrología.
Los signos del zodiaco proceden de la mezcla de varias culturas y se cree que su estudio comenzó con los egipcios, que lo llevaron a los babilonios y estos a los griegos. Estos últimos, hace unos dos mil años, nos transmitieron la idea de que el día y el mes en el que nacemos condiciona nuestra personalidad. Por aquel entonces, los conocimientos astronómicos eran muy limitados y la actual diferenciación entre la astrología y la astronomía todavía no existía.