Poco a poco este oráculo va abriendo sus misterios. Una de las propuestas más extrañas y profundas de este libro es la relación de dos universos: el universo del sentido y el universo del pensamiento. Primero sentimos el cambio, luego podemos llegar a contemplarlo, es decir, la primera dualidad que debemos asumir es que hay un cambio “sentido” y un cambio “pensado”.
Siempre sentimos el cambio, pero no siempre llegamos a pensarlo, muchas veces reaccionamos antes de contemplar, de tener una mínima perspectiva, sobre todo en un mundo donde más rápido se asocia a mejor.
Cuando sientas peligro (AGUA) piénsate como la TIERRA (amplia, estable, duradera, abundante)
¿Te quieres sentir como la TIERRA?, piensa como el VIENTO, suave, liviano, flexible, por eso es libre, porque no ve obstáculos, todo lo rodea.
¿Te quieres sentir como el VIENTO?, piensa como el LAGO, debes ser dueña de tu sonrisa, vestirla cada mañana. Será la bandera de tu amabilidad y tu dulzura. Es la actitud de la alegría, que siempre vibra con el VIENTO.
Cuando sientas que vas a estallar (TRUENO) piénsate como una llama, irradiando el calor y la luz de tu FUEGO, que consume un leño interior, no expuesto.
Así, se va desgranando la primera esencia dual de un cambio.
¡¡Siento luego pienso!!
Cuando comprendemos que cada cambio se siente y se piensa, obtenemos un punto de referencia mágico, a partir de cual se generan los primeros ecos de consciencia, los primeros pasos para habitar tus cambios.