¿Qué son las runas? ¿Son unas piedritas? ¿Las usaban los vikingos? ¿Sirven para leer el futuro? ¿De dónde vienen? ¿Para qué sirven? ¿Cómo conectar con ellas?
A lo largo de los años que he transitado este camino lleno de runas, he respondido innumerables veces a estas preguntas y ello sucede porque aún hoy, miles de años después de sus primeros usos, las runas siguen envueltas en un velo de profundo misterio. Y no ha de extrañar que sea así, dado que su mismo nombre significa “secreto”, “susurro”, “misterio” (desde la raíz run del gótico), e incluso “poema” (del finés ‘runo’).
No sabría decir cuándo empezó exactamente mi relación con las runas; no recuerdo un momento en que no estuvieran presentes en mi vida. Siempre vi símbolos en todos lados y siempre hay símbolos en todas partes; hay que saber ver con los ojos del corazón, escuchar desde la voz de la memoria ancestral y conectar desde tu intuición. Si navegamos en las aguas del tiempo para encontrar su origen abrazamos el misterio; pareciera que las runas siempre estuvieron ahí.
Los historiadores no logran acordar cómo surgieron, por qué y cuál habría sido su primer uso. Se piensa que provienen del período entre 100 AC y 100 DC, aproximadamente. Y los primeros registros que se tienen de las runas corresponden a inscripciones que datan del siglo II DC, donde encontramos el Peine de Vimose, en el que se puede observar la inscripción rúnica más antigua de datación comprobada, donde tallado en el peine dice “harja”, cuya traducción sería “peine”.
Caminando en el tiempo nos encontramos con la Piedra de Kylver, datada alrededor del año 400 (D.C.), que fue encontrada al excavar en una granja en Stånga, en la isla sueca Gotland (1903). Esta piedra se puede ver fácilmente en el Museo Histórico en Estocolmo, hasta hace un par de años estaba al entrar al museo a mano derecha. En ella podemos observar el Futhark Antiguo o Elder Futhark en el orden en que nos basamos todos los runólogos para disponer las runas, en sus tres Aettir.
En ambos casos, su uso fue para la escritura y aunque algunos autores señalan que podrían ser las runas una derivación del griego, tiendo a pensar que están más cercanas al etrusco y al rético por su grafía. ¿Entonces, se usan para escribir? Sí, uno de sus usos es la escritura, dado que son también un alfabeto sagrado conocido como Futhark. Su nombre se debe a las primeras runas con las cuales comienza: f, u, th, a, r, k. Aunque éste no sería su único uso, también se recurre a las runas como forma oracular, construcción de amuletos y talismanes, así como sellos personales (monogramas), y mucho más.
La definición que uso en mis talleres es ésta:
Las runas son representaciones simbólicas sagradas de fuerzas presentes en nuestra vida, tanto en el mundo natural, social y divino. Tienen diversos usos o modos: escritura, oracular, talismánico, ritualístico, mágico, yóguico, terapéutico y meditativo. Contienen en su universo simbólico una vibración que evoca e invoca las fuerzas que expresan. Se dice que son un lenguaje divino, traído a los humanos por el dios nórdico Odín.
Ya iremos descubriendo y desentrañando este camino de runas.
¡Bienvenides! Que las runas te señalen el camino, Magda
* Referencias:
- Runas de aguamarina. Compradas en Gamla Stan, Estocolmo, Suecia.
- Peine de Vimose. Museo Nacional de Dinamarca.
Piedra de Kylver. Museo de Historia, Estocolmo, Suecia.
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