El Lunes 3 de Agosto de 2020, a eso de las 11:58 hrs -previo al mediodía en Chile, 15:58 Hora Universal-, se perfecciona la Luna Llena en el signo de Acuario. El Sol, desde el arquetipo Leo, se muestra en el extremo completamente opuesto a la Luna, quien se planta firme frente a él delante de la constelación de Acuario, recibiendo su iluminación para reflejarla sobre nosotros.
Una oposición planetaria en astrología, como la que enfrentan a la Luna y al Sol cada mes, es una posición tensa que requiere de la voluntad de equilibrar fuerzas antagónicas por nuestra parte. Y es por tanto, un momento que naturalmente te invita hacia dentro, hacia una reflexión interior y hacia el encuentro de ti.
El eje Acuario – Leo nos habla del complementario eje tensionado, entre el individuo y lo colectivo. Puesto que el “yo” leonino refleja su luz en el “nosotros” Acuariano y el sentir colectivo se presenta de manera consciente en el “yo” individual, esta tensión habla del sentir colectivo y de los patrones de comportamiento sociales, que son expuestos mediante el trabajo individual de cada uno de nosotros, en el deseo de pertenecer a la tribu, ya no de la misma manera que lo solíamos hacer. Así como también, el deseo de reconocimiento por parte de nuestra tribu, hacia la reconstrucción saludable de nuestro ser.
La energía que se moviliza en esta Luna Llena será la de enfrentar procesos de cierre de ciclos, donde resulta curioso encontrarnos con el momento preciso en el cual empezamos a “ser liberados” de nuestro cautiverio reflexivo. Y desde la Luna llena en Acuario, cuestionamos las figuras de poder o cabezas sociales y nuestro sentir se vuelve aún más revolucionario… al parecer creemos posible la construcción de un nuevo mundo, de una nueva interacción con el colectivo, donde nos iluminamos com la idea de formar parte individual, pero dentro del colectivo tribal que emerge con renovados bríos.
Nos identificaremos con el colectivo, sumándonos al proceso grupal, buscando ese espacio-tiempo con quienes compartir estos ideales resonantes, sin dejar de lado el tener claro que todo proceso que invite a una revolución de carácter colectivo debe asegurarse de comenzar en el individuo consciente.
Así, el equilibrio del eje Leo Acuario, Sol Luna, buscará generar el equilibrio preciso entre la facultad de expresarnos como singulares y auténticos, sin máscaras dentro del grupo y la comunidad, sin perderse en la manada, que disminuya esta identidad.
Ponemos nuestro talento e ideas al servicio del colectivo, reavivando la idea que ya no somos los mismos de antes y es deber nuestro recordarlo y honrarlo. Como el compromiso renovado de saber que se cierra un ciclo de seis meses que comenzó en Febrero, bajo la Luna nueva en Acuario.
En términos estrictos, se produce una figura geométrica inarmónica entre el Sol en Leo, la Luna en Acuario y Urano en Tauro, conocida como “T cuadrada”, que aumenta la tensión de este período y es justamente Urano desde la constelación de Tauro quien tira del hilo convirtiéndose en el Ápex de este encuentro de modalidad fija, lo cual se traduce en la real posibilidad del aumento de la tensión social, de la desestructura de lo establecido y la no vuelta atrás de la zona cómoda. Es momento de enfrentar la nueva realidad.
Urano se nutre de esta tensión, aumentando la apuesta de una inminente nueva re-evolución social que da paso al final de un período de observación expectante, hacia una posición actualizada de voz propia, en función del grupo que se adhiere en función conjunta, con el correr de los meses.
La frialdad de Acuario templa el fuego pasional de Leo pero ambos se encuentran en posición tirante, desde quien pareciera tirar de los hilos del titiritero, Urano (a quien pareciera no molestarle este nuevo escenario social). Por otra parte Marte, el gran activador de todo el espectro astral, se desplaza en un irrefrenable avance para encontrarse en la situación que más le agrada: su hogar, su domicilio Aries. Allí se siente cual Ares a punto de entrar en batalla, inspirando una poderosa confianza y agresividad únicas, que otorgan más sazón a la escena del inicio de agosto. Así va presentando triples inarmonías hacia la mega conjunción alquímica, Plutón-Saturno-Júpiter, quienes han sido señalados como los mayores responsables del paulatino proceso de transformación social que mueve al mundo desde 2019 y principalmente este 2020.
Esta triple tensión que genera el gran activador Marte sobre los tres alquimistas, nos lleva a suponer que el escenario es propicio para encaminarnos hacia un seguro proceso de transformación de la sociedad como la conocíamos, donde además de verse afectadas las grandes economías mundiales, empezamos a experimentar con mayor fuerza un espíritu mancomunado de tribu, que a veces, al actuar en masa, potencia aún más el concepto de todos junto, como una jauría de lobos hambrientos por devorar a quien no vaya en la misma dirección que el sentir social.
Esta sensación es coronada por una nueva “T cuadrada”, teniendo como tercer protagonista de este trío al conformado por Marte, los Alquimistas y Mercurio, invitándonos a considerar, que incluso nuestras formas de expresar el sentir popular, irán cargadas de pasión y a veces ira en cualquier lugar donde se tenga oportunidad, enviando palabras cargadas de pura pasión descontrolada, generadas desde un Mercurio en Cáncer, que poco y nada puede hacer por equilibrar la baraja.
Sin embargo, a pesar de parecer un momento apocalíptico a ratos, hemos de comprender que cada re-evolución pasa por momentos de mudar la piel. Hecho que nunca es sencillo, pero muy necesario, en el contexto de la vieja cita que “lo único permanente, es el cambio”.