Cada 26 de julio empieza el Año Nuevo Maya, y justo el día anterior, se conoce como el “día fuera de tiempo”, también conocido como …
La nave espacial Tierra avanza con precisión e inimaginable velocidad macrocósmica hacia un destino aún no revelado que la acerca al corazón de la Galaxia. Un viaje ciertamente no autopropulsado: es su estrella, el Sol, quien la conduce en esta travesía galáctica en compañía de sus hermanos, los Planetas.
La elegante trayectoria del Sistema Solar, definida con simplicidad cosmológica por leyes de la geometría sagrada, lleva a la nave Tierra a nuevos y poderosos campos de energía que van activando potenciales dormidos en su inconsciente tripulación, nuestra Humanidad. No solo este preciso momento es fresco, inédito, recién nacido, un ahora palpitante de futuro y de inocencia: también el espacio que ocupamos en cada instante es definitivamente virgen, intransitado, fecundo de novedad energética y alineamientos estelares. Un aquí sideral que contiene entera la promesa del viaje.